sábado, 6 de mayo de 2017

Adán, Caín y los patriarcas antediluvianos 14


Cronológico 2- 14 y 15





14. La serpiente del paraíso

La serpiente bíblica, la “nahash” procede de NHSH, “descifrar, descubrir”. Nahash quiere decir “el que descifra, el que descubre cosas”. 
La serpiente del paraíso es Enki. 
Otros de los nombres de la serpiente son, Ea o Enki, Nudimmud, que significa «El Forjador». Posteriormente los egipcios lo llamarían precisamente así, Ptah, que significa «El Forjador», y lo representaron forjando al hombre a partir de arcilla, como un alfarero. También la biblia lo llama  Yahweh, «El Forjador del Adán». También aparece en la serpiente emplumada americana, Quetzalcóatl. 

En esta imagen descubierta en Mesopotamia que se corresponde con el original del que la biblia copió su historia de la serpiente aparece una serpiente enroscada en un árbol, señalando su fruto. Los símbolos celestes representan a Anu a la izquierda y Enki a la derecha.


         El Edén estaba regado por 4 ríos: el Pishón, el Gihón, el Hiddekel y el Prath. Estos dos últimos eran el Tigris y el Éufrates, el Gihón era el Karun, en Irán, que también desemboca en el Golfo Pérsico, y el Pishón, fue el llamado Río Kuwait, un río perdido descubierto en 1993, que recorría Arabia, desembocando en Kuwait, en el Golfo Pérsico. Este río se secó hace unos 5.000 años.
  • El árbol del conocimiento del bien y del mal: el pecado original 



El Trabajador Primitivo, los africanos Cabezas Negras (tanto en su zona africana como en Mesopotamia) servía a los anunnaki desnudo. Desnudo hacía las labores de construcción, las labores en los campos, les servía la comida y la bebida. Para los nefilim el ser creado por ellos era un simple animal doméstico, como quien manipula genéticamente el ganado para obtener mejores rendimientos en su trabajo agrícola.


Estos primeros hombres no tenían capacidad para reproducirse. Se trataban de seres híbridos creados entre dos especies diferentes. Como los cruces de caballo y burro, las mulas, son híbridos estériles. Podemos producir tantas mulas como deseemos, pero ninguna mula puede procrear y engendrar otra mula. De la misma forma los nefilim producían las mulas humanas que necesitaban pero no podían reproducirse entre ellos. De esta manera estaba totalmente controlada su producción, su número y su vida.



En esta imagen está Enki –sosteniendo un matraz a la derecha, sentado- y a su derecha Ninti su colaboradora en el trabajo de fábricas mulas humanas.          
 Con ellos en un recuadro aparecen las mujeres que hacen de madres. A la izquierda se representan los fabricados, todos iguales hechos de un mismo molde. Es la fabricación en serie de seres humanos o mejor de mulas para el trabajo.




Enki, la serpiente, consiguió perfeccionar al Trabajador Primitivo estéril y crear individuos que podían reproducirse. Enki manipularía el material genético de forma adecuada otorgando este poder al nuevo ser creado.


Este es el pecado original.

El hombre había adquirido de Enki la serpiente el “conocimiento”, es decir la capacidad reproductora. El conocimiento, la sabiduría de Enki otorgó este regalo al hombre. Esto supuso un grave enfrentamiento entre Enki y Enlil que le maldice, como se lee claramente en la biblia.



En esta imagen se muestra a Enki sentado entre dos personas con forma de árbol, el de la derecha, que tiene ramas que terminan con forma de pene, sostiene un cuenco donde se encuentra el aporte masculino a la vida. El de la izquierda, cuyas ramas terminan en forma de vagina, ofrece ramas cargadas de fruto. Se ha formado el árbol de la vida humana, su capacidad reproductora. A la izquierda el enfadadísimo Enlil.


Se acababa de formar la especie humana. Esto es lo para Enlil es imperdonable. Es el pecado original. Es el pecado que da origen a nuestra especie.



El «conocimiento» que el Hombre obtuvo en contra de los deseos de la Enlil, es decir de la autoridad política en el planeta, era algo bueno para el Hombre, pero algo que Anu y Enlil no deseaban que tuviera. Enlil maldice a su hermanastro, la serpiente, y maldice a la mujer por tener ahora capacidad de parir:

Y a la mujer le dijo:

«Multiplicaré enormemente tus sufrimientos

por tu embarazo.

Sufriendo tendrás los hijos,

pero para tu compañero será tu deseo»…

Y el Adán llamó a su mujer «Eva»,

pues ella fue la madre de todos los vivientes.



Enlil decide el castigo: la separación del hombre. El hombre es expulsado de las ciudades y campos de Mesopotamia hacia el este hacia los montes Zagros hacia la frontera del actual Irán.

«Y expulsó al Adán y le hizo vivir al este del Jardín del Edén».

El hombre era ahora independiente y tenía que valerse de sí mismo.
¿Cuándo ocurrió esto? Sabemos que la formación del primer adapa estéril es hacia el 300.000 a.C. pero no tenemos datos de este segundo acontecimiento. La suposición de que fue poco después no parece adecuada. Creo que tuvieron que pasarse muchas decenas de miles de años, diez o veinte decenas quizá.


15. La creación del Hombre Civilizado


La decisión de crear al Hombre Civilizado

En qué consistía:

Buscaba unos humanos que atendieran debidamente los trabajos ya encomendados y otros nuevos. Es decir, se trataba de la decisión de crear mano de obra más capacitada para servirles a los anunnaki.

De quién fue la decisión:

Esta decisión la tomó y la puso en marcha Ea exclusivamente.

La causas, la razones por la que Ea decidió crearlo: 

  • Aunque podríamos considerar las quejas de los anunnaki por el trabajo en la Tierra como una de las causas, realmente no es ésta la razón. Tras los motines el descontento disminuyó, y los anunnaki se adaptaron a su vida terrestre. 

  • La causa fue la escasez de alimentos debido al aumento de la población humana. 

Esta escasez también se debe a que los alimentos procedían de lo que se recoge de la naturaleza, tanto vegetales como caza o pescado pues no había agricultura ni ganadería.

No había suficientes alimentos para los anunnaki y los humanos y esto terminaría generando problemas. De esta manera, Enki, deliberó resolver el problema mediante el cultivo de vegetales, especialmente cereales y la ganadería. Los humanos se encargarían de estas dos nuevas tareas. 

  • La otra causa se basó en la observación de la evolución de los humanos. Generación a generación, los humanos se estaban degradando hacia sus antepasados salvajes.

Ea observó a los humanos de los que disponía: el Trabajador Primitivo de Sudáfrica (Absu) y de los humanos que en el sur de Mesopotamia (Edin) atendían a los anunnaki tanto en las ciudades como en huertos y se percató de que no eran adecuados para este nuevo trabajo, especialmente porque las nuevas generaciones eran cada vez más salvajes. 

El procedimiento, el cómo llevarlo a cabo:

 Ea se planteó: ¿Qué se les podría adecuar para los trabajos? ¿Qué hay que no se haya combinado en la esencia vital? 
Se planteó que fecundar directamente a las hembras humanas es la única alternativa que quedaba.


Ea crea a Adán y Eva en el paraíso

Enki, navegó por las zonas pantanosas del sur de Edín, acompañado de su visir, Isimud. Observaba los grupos de humanos en busca de la mujer humana que le pareciera adecuada. Tras elegir las dos jóvenes mujeres que quiso, las fecundó. Ordenó a Isimud que permaneciera con las jóvenes mujeres por ver si quedaron embarazadas. 

Los nombres de las madres de Adán y Eva:

Como ambas dieron a luz en el mismo día, una al amanecer y otra en el crepúsculo, recibieron estos nombres en los relatos posteriores: Amanecer y Crepúsculo.


Fecha de la creación del Hombre Civilizado: 

Estamos hacia el año 110.000 a.C. (con algún millar de años de margen de error).

La infancia de la primera pareja:

Isimud informó a Ea de lo sucedido. Éste se alegró manifiestamente de que su plan estuviera en marcha.  Ordenó a Isimud que los niños permanecieran con sus madres para amamántalos y después se los trajera a su casa, a Eridú. Hasta entonces Isimud debía mantener el secreto de los niños. 
Cuando los trajo, Isimud, mintió diciendo que los encontró en cestas de junco. Ninki, la esposa de Ea cuidó a la pareja de niños como si fueran suyos. Al niño lo llamó Adapa, que significa Expósito, es decir Huérfano o Abandonado, porque así fue encontrado. A la niña la llamó Titi, que significa Una con Vida.
Adapa y Titi crecían más lentamente que los humanos pero más rápidamente en comprender. Eran inteligentes y hablaban perfectamente. 
Ninki, se encariñó con su hijastra Titi y le enseñó diversos oficios. La niña era muy diestra con las manos, era hermosa y agradable.
Enki se encargó de enseñar a Adapa. Le enseñó a hacer anotaciones. 
Ea se mostraba ante Isimud orgulloso de sus logros, de haber creado al Hombre Civilizado a su imagen y semejanza. El Hombre Civilizado cultivará alimentos y apacentará ganado para saciar a los anunnaki y a los humanos. Tan ufano se sentía que creyó llegado el momento de comunicárselo a su hermano menor y superior jerárquico Enlil, que estaba en Nibru-ki (Nippur) en el noroeste de Eridú.

Se informa a Enlil de que ha nacido un nuevo tipo humano

Enlil viajó a Eridú sorprendido. Enki mantuvo en secreto su paternidad y su proyecto de Hombre Civilizado. Le dijo que había aparecido un nuevo humano, rápido en aprender conocimientos, manejo de herramientas  y oficios al que podrían enseñar la agricultura y la ganadería para el sustento de los anunnaki y los humanos. Le pidió que se trajeran semillas de cereales y otras plantas y ovejas y ganado de Nibiru para este fin. Isimud apoyó a su señor Ea diciendo que fue él quien encontró a los niños entre las aneas, en cestas de juncos.

Enlil se maravilló y extrañó de la súbita aparición de un homínido tan avanzado y decidió comunicárselo a su padre Anu.

Se informa a Anu de que ha nacido un nuevo tipo humano

 Anu, desde Nibiru escuchó a sus hijos que había aparecido este nuevo humano y la petición de semillas y ovejas para el pastoreo. Anu también se mostró muy sorprendido de que el "Hombre Adamu" hubiera evolucionado tan rápidamente al "Hombre Civilizado". Anu decidió posponer el envío ya que no bastaba su inteligencia y habilidad para la siembra y el pastoreo. Es necesario que haya un gran número de individuos y aquí planteó su duda: podrían o no reproducirse. Era una cuestión vital porque si no se tratarían de dos individuos aislados históricamente. Los sabios de Nibiru comenzaron a reflexionar sobre el asunto.

El Hombre Civilizado se puede reproducir

Existían dudas de que los "Humanos Civilizados" se pudieran reproducir pero desaparecieron cuando Adapa y Titi tuvieron gemelos. 
Con esto, Anu, cuando fue informado, permitió el envío pedido a nuestro planeta que permitiría iniciar la agricultura y ganadería. Anu ordenó repartir semillas para sembrarlas en la Tierra y ovejas para el pastoreo para iniciar así la agricultura y la ganadería humanas. El fruto agrario y ganadero sería aprovechado por los nefilim.

Anu envió una nave para que Adapa viajara a Nibiru en la nave   y que Titi permaneciera en la Tierra, en Eridú amamantando y criando a los niños. 

La oposición de Enki y Enlil a que el Hombre Civilizado fuera como los anunnaki


La orden de enviar a Adapa a Nibiru extrañó y desagradó profundamente a Enki y a Enlil. 
Enlil, y Enki no querían que Adán  alcanzara la longevidad nefilim. Enlil y Enki se oponían a que Adapa, un homínido que se cubría con un taparrabos, un homínido creado para ser un Trabajador Primitivo accediera a la longevidad nefilim, que tuviera acceso al conocimiento y viajara de un planeta a otro, que fuera como ellos. Su hermana mayor, Ninmah, les recordó que era un mandato de Anu y por lo tanto obligatorio. Enki, en secreto, decidió cómo engañar a Adapa para que no tomara los productos de la longevidad en Nibiru.
Decidieron que les acompañaran Ningishzidda y Dumuzi. Estos hijos de Enki, solteros, que habían nacido en la Tierra y que lo tanto veían disminuida su longevidad, podrían ver Nibiru por primera vez. 
Llabrat reconoce que estaban hechos a su imagen y semejanza

Anu envía la nave para llevar a Adapa

Anu envió una nave a la Tierra con Llabrat, uno de sus visires, que aterrizó en Sippar, Mesopotamia. Le recibieron mostrándole a Adapa y a Titi con sus bebes, y a sus acompañantes Dumuzi y Ningishzidda.

Enki, tal y como había planeado él, se reunió con Adapa y le dio instrucciones: Te darán un alimento y una bebida. No comas ni bebas porque morirías. 
Enki encomendó a sus hijos que trajeran de vuelta a Adapa. No quería Enki que permaneciera allí. Le dio a Ningishzidda una tablilla sellada con un mensaje encriptado para Anu. 

El viaje a Nibiru de Adapa

Montaron los cuatro en la nave con sus atuendos de astronauta y partieron desde Sippar directos a Nibiru.



La nave llegó a Nibiru. Había mucha expectación  por la llegada de un terrestre a su planeta. "Ha llegado a Nibiru un ser de otro mundo". Tras ser aseados y vestidos adecuadamente fueron los cuatro al salón del trono a postrarse ante Anu. Anu abrazó a sus nietos y los mandó sentar a su lado. Anu habló con Adapa y todos se sorprendieron de que comprendiera sus palabras y de su inteligencia.  
Después fueron todos hasta el salón de banquetes y se ofreció también a Adapa alimentos y bebidas pero no las probó. Anu se ofendió. Adapa dijo que Enki le había ordenado actuar así. Anu intrigado preguntó la causa a su visir Llabrat, a Dumuzi y a Ningishzidda. No sabían nada. Ningishzidda le entregó la tablilla de Enki.

Anu se retiró en privado a leer el mensaje. Introdujo la tablilla en un artefacto y leyó el mensaje de su hijo Enki.
Enki le comunicaba que Adapa y Titi eran hijos suyos con dos mujeres humanas. Están dotados de inteligencia pero la vida terrestre es muy reducida en tiempo. Su destino debe ser vivir y morir en la Tierra. Con su siembra y pastoreo nos aportarán comida suficiente. No deben probar nuestro alimento y elixir y alcanzar nuestra longevidad.

Anu, confuso por el mensaje, consultó al visir Llabrat. Éste aconsejó devolver inmediatamente a Adapa, pero que los dos nietos del rey se quedaran un tiempo. Anu  llamó a su nieto Ningishzidda. Éste no conocía el mensaje pero había analizado el ADN de Adapa y Titi y comprobado que eran hijos de su padre Enki.  Anu le indicó que volviera con Adapa inmediatamente a la Tierra para que éste se convirtiera en el progenitor del Hombre Civilizado Terrestre y que Ningishzidda se convirtiera en su maestro, manteniéndose al lado de Enki.
Anu comunicó a su corte de príncipes y consejeros su orden de regreso y justificó su urgencia en que Adapa no podía comer nada de Nibiru. Dumuzi permanecería un shar en Nibiru.

El regreso de Adapa a la Tierra

Ya durante el viaje, Ningishzidda inició su misión explicando a Adapa las estaciones terrestres, los meses  y los años en relación con el Sol y la Luna.

Al aterrizar les recibió el padre de ambos, Enki. Ningishzidda le relató lo ocurrido y el padre se regocijó porque todo había salido según sus planes, excepto la retención de Dumuzi.

Se lo comunicaron a Enlil y a Ninmah. Enlil estaba muy desconcertado por el regreso tan prematuro. Les contaron lo ocurrido y la paternidad de Enki de Adapa y Titi. Enki se justificó en que los descendientes de Adapa se encargarían de sostener y alimentarles a ellos.  Enlil comprendió que su hermano Enki había determinado el futuro de los terrestres y de los anunnaki. Estaba muy enfadado.

Caín y Abel

Caín con Ninurta y Abel con Marduk

Ninki/Damkina pidió a Marduk que fuera a Eridú a visitarles. 
Marduk estaba intrigado por las últimas actuaciones de su padre Ea, y de su hermano Ningishzidda pero éstos no le revelaron el secreto.
Marduk tomó cariño rápidamente a los gemelos hijos de Adapa y Titi y por eso pidió ser su maestro, como su hermano Ningishzidda lo era del padre (Adapa).


Enlil decidió que su hijo Ninurta se encargara de enseñar a uno y su sobrino Marduk al otro gemelo. Mientras Ningishzidda quedó en Eridú instruyendo a Adapa en escritura y números (Titi también seguía en Eridú) Ninurta se llevó al gemelo que nació el primero a su ciudad Bad-Tibira para enseñarle la agricultura. Marduk se llevó al menor a las praderas para enseñarle el pastoreo.

Ninurta llamó a su pupilo Ka-In "Aquel que en el campo hace crecer alimentos". Le enseñó a arar, a sembrar, a cosechar y a cavar canales para regar.

Marduk llamó al suyo Abael "El de las praderas mojadas" y le enseñó a preparar rediles para cuando dispusieran de él.
Tuvieron que esperar el regreso de Dumuzi al finalizar un shar (3600 años). Trajo ganado, ovejas, cabras en forma de animales y de su simiente esencial. 
Enki celebró con festejos su llegada sobre todo porque sus planes estaban en funcionamiento.
Los cuatro líderes Enki, Enlil, Ninmah y Ningishzidda se plantearon como proceder con el ganado. Decidieron a tal efecto, crear unas instalaciones biológicas, la Cámara de creación, la de Elaboración, etc. sobre el montículo del Lugar del aterrizaje de Baalbek, Líbano, cerca de donde se habían plantado las simientes de elixir para la longevidad de los anunnaki que había traído Ninmah, allí comenzó la multiplicación de cereales y de ovejas en la Tierra

Esta decisión junto al lugar elegido tendría noventa mil años más tarde consecuencias fundamentales para la vida en nuestro planeta (el diluvio acabaría básicamente con la vida en la Tierra y los nefilim la volvieron a "crear" a partir sobretodo de esta cámara tras el llamado Pacto del Arco Iris).


Valle de Baalbek, Líbano


Caín mató a Abel

Enlil estableció la festividad de la Celebración de las primicias para cuando se recojan las primeras cosechas, y cuando madure la primera oveja. Así, ante los pies de Enlil y Enki, Ninurta dirigía a Ka-in  y Marduk dirigía a Abael llevando sus respectivas ofrendas.
 Enlil les dedicó unas palabras de alabanza por sus trabajos. Enki en cambio sólo ensalzó la ofrenda de Abael, es decir la de su hijo Marduk. Esto entristeció y ofendió a Ka-in. Además Abael alardeó ante él de que su ofrenda era más valiosa, de que proporcionaba lana para sus ropas, y alimento. Ka-in se defendió presentando el valor de su pesado trabajo en los surcos, el pan que varío la dieta de caza y pescado de los anunnaki y que alimentaba también a los pájaros.
Las discusiones continuaron. Llegó el verano seco, sin lluvias. El ganado de Abael se quedó sin pastos y por esto llevó los rebaños hasta  los campos de Ka-in donde había canales y surcos con agua.

Ka-in le ordenó que se marchara con sus ovejas. Volvieron a discutir. Se insultaron. Se escupieron y se pelearon.  Ka-in golpeó en la cabeza a Abael con una piedra repetidamente con la furia del enfado que sentía y lo mató. 

Ka-in se quedó junto a Abael, tendido en el suelo rodeado de sangre, llorando. 

Su madre tuvo la premonición de que había ocurrido algo terrible a sus hijos y despertó a Adapa contándole su sueño: su hijo Ka-in tenía la sangre de Abael en su mano. Por la mañana partieron de Eridú hacia los campos de Ka-in. Allí estaban los dos: Abael tendido en sangre y Ka-in sentado junto a él. Hubo llantos y gritos de desesperación. Ka-in lloraba y callaba. 

Adapa volvió a Eridú para contar a su padre Enki lo sucedido. Enki llegó hasta los campos de Ka-in y lo maldijo con la furia de su enfado. Les dijo que Ka-in sería expulsado del entorno del  Hombre Civilizado y los anunnaki y que Abael sería enterrado bajo un montón de piedras, como un anunnaki. Enki mostró a sus hijos Adapa y Titi como hacerlo porque era algo nuevo para ellos.

El juicio a Caín

Mientras Adapa y Titi lloraban sin  descanso por su desgracia, Ka-in fue juzgado en Eridú. Su abuelo Enki quería un castigo de exilio lejos de los anunnaki y de su familia. Ninurta pidió un tribunal de siete jueces como era costumbre entre ellos, pero Marduk alegó que era un humano no un anunnaki y pidió la muerte para Ka-in ante Enki, Enlil y Ninurta.  Había en las palabras de Marduk ofensas para su primo Ninurta. Ninurta no contestó ante la furia de Marduk, sólo se entristeció. 
Enki se retiró a hablar a solas con su primogénito Marduk. Le descubrió, con profunda tristeza, el secreto de su paternidad de Adapa y Titi, del proyecto de un nuevo homínido, el Hombre Civilizado, y como Anu y su consejo habían participado del proyecto.  
Le descubrió que su afecto a Abael también se podía deber a que era su sobrino, el hijo de su hermanastro Adapa. 
Le explicó que la muerte de Ka-in podría suponer el fin del proyecto que afectaría a un posible motín de los anunnaki y de su importancia para Nibiru.
Marduk quedó convencido y aceptó el exilio de Ka-in.

Enki pronunció la sentencia de exilio sobre Ka-in hacia las tierras lejanas del este. Prohibió matar a Ka-in y además ordenó marcar a él y a sus generaciones. De esto último se encargó Ninghishzidda. Altero genéticamente a  Ka-in para hacerlo imberbe. Ka-in junto a su esposa y hermana Awan partió hacia el este.



Set, el segundo patriarca de la biblia (103.000 a.C):

La muerte de Abael y la expulsión de Ka-in y su hermana sumió a los grandes anunnaki en un problema. El proyecto del Hombre Civilizado pudo terminar entonces, pero admitieron su continuación. Darían una nueva oportunidad a los hijos de Adapa. Adapa estaba engendrando hijas solamente. Esperaban que tuviera un nuevo hijo varón y así continuar su proyecto. 



Hacia el año 103.000 (95 shar) tuvieron un nuevo varón al que su madre llamó Sati "El que ata la vida de nuevo". Desde él se contarían las generaciones de Adapa.

Adapa y Titi tuvieron 30 varones y 30 hijas. Algunos  cultivaron la tierra y otros fueron pastores.

En el shar 97 (hacia el año 96.000) Sati tuvo su primer hijo, con su esposa Azura. 

Enós, el tercer patriarca (96.000 a.C):

Al primogénito de Sati se le conoce como Enshi "Maestro de la humanidad". También aprendió la escritura y los números. Adapa, su abuelo le informó sobre los anunnaki y sobre Nibiru. 
Los hijos de Enlil le llevaron a Nibru-ki y le enseñaron secretos suyos. Nannar, el mayor, le mostró el modo de los ungüentos perfumados. Ishkuur, el menor, le enseñó a preparar el elixir de los frutos Inbu.
Su esposa fue su hermana Noam.
Desde Enshi comenzó el culto a los anunnaki, y a llamarles señores por el Hombre Civilizado.

Cainán, el cuarto patriarca de la biblia

Enshi y Noam tuvieron un hijo al que se le llegó a llamar Kunin "El de los hornos" porque de su tutor Ninurta, en Bad-Tibira aprendió sobre hornos, hacer fuego con betunes, fundir y refinar. Trabajó, tanto él como sus descendientes, en la fundición y el refinado del oro para Nibiru. 

Mahalalel, el quinto patriarca antediluviano (92.000 a.C)

Corría el año 92.000. (98 shar) cuan.do Kunin tuvo un hijo con Mualit, su hermanastra. Se le llamaría Malalu, "el que interpreta" porque sobresalía en música y canto. Ninurta le hizo un arpa y una flauta con las que interpretaba, junto a sus hijas, himnos a Ninurta.

Su esposa era su sobrina, la hija del hermano de su padre, Dunna.

Yéred, el sexto patriarca (85.000 a.C)

En el año 85.000 (100 shar) Malalu y Dunna tuvieron a su primogénito al que se le llamaría Irid, "El de las aguas dulces" porque Dumuzi le enseñó cómo excavar pozos, cómo proveer de aguas a los rebaños en praderas distantes. 

(La ironía del destino depararía a Dumuzi más de setenta mil años más tarde la muerte por el agua, ahogado, golpeado y arrastrado por las cataratas del Nilo en la zona del actual Asuán).

Junto a los pozos de Irid en las praderas se reunían pastores y doncellas, donde se desposaban y proliferó el Hombre Civilizado en gran número. Allí en un pozo de las praderas, Irid encontró a su esposa Baraka, la hija del hermano de su madre. 

En esta época, los Igigi venían con más frecuencia a la Tierra. Fueron dejando poco a poco su trabajo de Tercer Ojo, de ver desde el cielo por un interés cada vez mayor por lo que ocurría en la Tierra.  Tanto fue así que Enki tuvo que suplicar a Marduk que estuviera con ellos en Lahmu, pero a Marduk le pasaba lo mismo que sus igigi. Quería ver lo que pasaba en la Tierra. 

Henoc, el séptimo patriarca (78.000 a.C)

Al finalizar el 102 shar (hacia 78.000 a.C) tuvieron a su hijo al que se llamaría Enki-Me "Comprensión".


 Enkime era sabio e inteligente, comprendió con rapidez los números. Tenía mucha curiosidad por los cielos y por todas las materias celestiales. Enki le tomó cariño, le contó los secretos que también le reveló antaño a Adapa.
Le explicó el sistema solar y cómo los meses se contaban por la Luna y los años por el Sol, y cómo se contaban los Shars por Nibiru, y de cómo Enki combinaba las cuentas temporales, de cómo Enki había dividido la eclíptica en doce partes o estaciones (el zodiaco), de cómo había asignado Enki una constelación a cada una, y las llamó con los nombres de los doce grandes líderes anunnaki.

Enkime ansiaba explorar los cielos; hizo dos o tres viajes celestiales. Enkime viajó a los cielos, y Marduk dio comienzo a los matrimonios mixtos y a los problemas con los Igigi.

·        El primer viaje de Henoc

Se envió a Enkime para que estuviera con Marduk en el Lugar de Aterrizaje, desde allí, Marduk se lo llevó en una nave espacial hasta la Luna. Allí, Marduk enseñó a Enkime lo que había aprendido de su padre, Enki. 

·        El regreso a la Tierra del primer viaje

Cuando Enkime volvió a la Tierra, se le envió para que estuviera con Utu en Sippar, el Lugar de los Carros, el gran espaciopuerto. Allí, Utu le dio a Enkime una tablilla para escribir lo que estaba aprendiendo, Utu lo instaló en su brillante morada como un Príncipe de los Terrestres. Le enseñó los ritos, para comenzar con las funciones del sacerdocio. Enkime residía en Sippar, con su esposa Edinni, una hermanastra, a ellos les nació un hijo en el año 71.000 (104 shar), Matushal le llamó, “El Que se Elevó por las Brillantes Aguas”.

·        El segundo viaje de Henoc

Fue después de eso que Enkime hizo su segundo viaje a los cielos, esta vez también fue Marduk su mentor y compañero. En un carro celestial se remontaron hacia el cielo, hacia el Sol y más allá de él hicieron un círculo. Marduk se lo llevó para visitar a los Igigi, en Marte, los igigi le tomaron cariño, de él aprendieron sobre los Terrestres Civilizados.

·        El viaje de Henoc a Nibiru

Partió hacia Nibiru hasta el final de sus días. Antes de que Enkime partiera hacia los cielos, de todo lo que en los cielos se le había enseñado, hizo un registro por escrito Enkime, para que sus hijos lo supieran lo escribió;
tomó nota de todo lo que hay en los cielos en la familia del Sol, y de las regiones de la Tierra y sus tierras y sus ríos también. Confió sus escritos en manos de Matushal, su primogénito, para que, junto con sus hermanos Ragim y Gaidad, los estudiara y se atuviera a ellos.

(Esto tuvo que ocurrir poco después del diluvio)

Matusalén, el antepenúltimo patriarca antediluviano: 71.000 a.C

En el centésimo cuarto shar  (71.000 a.C) nació Matushal, hijo de Enkime y Edinni. Él fue testigo de los problemas de los Igigi y de lo que Marduk había hecho.

Lámek, el penúltimo patriarca antediluviano:

A Matushal le nació un hijo de su esposa Ednat, Lu-Mach, “Hombre Poderoso”, se le llamó. En sus días, las condiciones sobre la Tierra se hicieron más difíciles; en los campos y las praderas, los trabajadores se quejaban. Los Anunnaki designaron a Lu-Mach como capataz, para hacer cumplir las cuotas, para reducir las raciones.

En el Edín, Lu-Mach sirvió a los Anunnaki como capataz, en los días de Lu-Mach, Marduk y los Igigi se casaban con las Terrestres.



La muerte de Adán, 56.000 a.C.

En sus días fue cuando a Adapa le llegó la hora de morir.
Cuando Adapa sintió la proximidad de su muerte pidió que sus hijos y sus familares se congregaran ante él. Y cuando Sati y los hijos de los hijos se habían reunido, preguntó por su primogénito Ka-in. Sati se lo pidió a Enki y Enki a Ninurta.
Ninurta se subió en su nave y voló hacia el este hasta la Tierra de Errar;
buscó a Ka-in desde el cielo y desde la tierra hasta encontrarlo.
Y llevó a Ka-in hasta Adapa en su nave.
Adapa pidió que sus dos hijos varones mayores fueran hasta él.
Y fallándole la visión a Adapa, para reconocer a sus hijos tocó sus rostros;
y el rostro de Ka-in, a la derecha, era imberbe, y el rostro de Sati, a la izquierda, tenía barba. Y Adapa puso su mano derecha sobre la cabeza de Sati, el de la izquierda, y le bendijo y dijo: De tu simiente se llenará la Tierra, y de tu simiente, como un árbol con tres ramas, la Humanidad sobrevivirá a una Gran Calamidad. Y puso su mano izquierda sobre la cabeza de Ka-in, a su derecha, y le dijo: Por tu pecado, de tu derecho de nacimiento estás privado, pero de tu simiente vendrán siete naciones,
en un reino aparte medrarán, tierras distantes habitarán;
pero por haber asesinado a tu hermano con una piedra, por una piedra llegará tu fin.
Después llamó a su esposa Titi y a todos sus hijos e hijas y pidió ser enterrando donde nació con la cara hacia hacia el sol naciente. Ka-in y Sati le enterraron en una cueva que les indicó su madre Titi.

En mitad del nonagésimo tercer Shar 115.000 había nacido, a finales del centésimo octavo 56.000 murió. Una larga vida para un Terrestre; pero no tenía el ciclo vital de Enki.





Y después de que Adapa fuera enterrado, Ka-in se despidió y Ninurta lo llevó de vuelta en su nave voladora la tierra de Errar. Allí, en un distante reino había tenido un hijo al que llamó Henoc («inauguración»), y para sus hijos e hijas « construyó una ciudad, y le puso por nombre a la ciudad el nombre de su hijo». Henoc, a su vez, tuvo hijos, nietos y bisnietos.
"A Henoc le nació Irad, e Irad engendró a Mejuyael, Mejuyael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lámek"

Según Josefo, los descendientes de Caín llegaron a desarrollar una rama importante de la raza humana conocida como La primera civilización, entre sus logros se cuenta una ciudad agrícola, ganadera, manufacturera y artística.

En la sexta generación después de Caín, nació Lámek; a sus tres hijos se les considera en la Biblia como los portadores de la civilización: Yabal «fue el padre de los que habitan en tiendas y crían ganado»; Yubal «fue el padre de los que tocan la lira y el arpa»; Túbal Caín fue el primer herrero.

La caída de una piedra durante una construcción en la que trabajaba le mató a Ka-in.

  "Y dijo Lámek: Yo maté a un hombre por una herida que me hizo y a un muchacho por un cardenal que recibí. Caín será vengado siete veces, mas Lámek lo será 77."

El contacto de las dos ramas del Hombre Civilizado parece acabar aquí. Sin embargo…


Los relatos nahuatlacas de las andanzas y la llegada a un destino final, del asentamiento y la construcción de una ciudad; de un patriarca con dos esposas, cuyos hijos son el origen de pueblos; de uno que se hizo famosos por ser forjador de metales...
¿No resultan demasiado semejantes a los relatos bíblicos? ¿No parece estar hablando de Tubal Caín? Incluso la importancia que los náhuatl le dan al número siete se refleja en los relatos bíblicos, pues el séptimo descendiente del linaje de Caín, Lámek, proclamó enigmáticamente que «hasta siete veces será vengado Caín, y Lámek setenta y siete».

¿No nos estaremos encontrando en las leyendas de las siete tribus nahuatlacas -en sus antiguos recuerdos- con el desterrado linaje de Caín y su hijo Henoc?


Los aztecas pusieron el nombre de Tenochtitlán a su ciudad, la Ciudad de Tenoch, llamada así en honor de su antepasado. Si tenemos en cuenta que, en su dialecto, los aztecas prefijaban muchas palabras con el sonido T, Tenoch podría haber sido en su origen Enoch, si se le quita el prefijo T. 
Un texto babilónico, basado, según los expertos, en un primitivo texto sumerio del tercer milenio a.C, cuenta enigmáticamente una disputa, que termina con un asesinato, entre un labrador y su hermano pastor, al igual que los bíblicos Caín y Abel. Condenado a «vagar con pesar», el infractor, llamado Ka'in, emigró a la tierra de Dunnu, y allí «construyó una ciudad con torres gemelas».

Unas torres gemelas en la cúspide de las pirámides era el sello distintivo de la arquitectura azteca. ¿Conmemoraría esto la construcción a cargo de Ka'in de una «ciudad con torres gemelas»? ¿Y Tenochtitlán, la «ciudad de Tenoch», no se llamaría así debido a que Caín, milenios atrás, «construyó una ciudad y le puso por nombre el nombre de su hijo, Henoc»?

¿No nos habremos encontrado en América Central el reino perdido de Caín, la ciudad a la que pusiera por nombre Henoc? En realidad, esta posibilidad ofrece respuestas plausibles al enigma de los comienzos del hombre en estos dominios.

Pero también puede arrojar luz sobre otros dos enigmas -el de la «marca de Caín», y el del rasgo hereditario común a todos los amerindios: la ausencia de vello facial.
Según el relato bíblico, Caín, tras ser desterrado de las tierras pobladas por el Señor y condenado a vagar por Oriente, comenzó a preocuparse por la posibilidad de ser asesinado por alguien que buscara venganza. Y así, el Señor, para indicar que Caín andaría errante bajo Su protección, «puso una señal a Caín, para que si alguien lo encontrara, no lo matara».

Aunque nadie sabe en qué pudo consistir esta «señal» distintiva, generalmente se acepta que fue algún tipo de tatuaje en la frente. Pero, por lo que se dice posteriormente en la Biblia, parece que la cuestión de la venganza y de la protección contra ella tuvo su continuidad hasta la séptima generación y más allá. Un tatuaje en la frente no habría durado tanto, ni hubiera podido transmitirse de generación en generación. Sólo un rasgo genético, transmitido de forma hereditaria, podía cumplir con las afirmaciones bíblicas.

Y, a la vista de este particular rasgo genético de los amerindios -la ausencia de vello facial- uno se pregunta si la «marca de Caín» y sus descendientes no sería este cambio genético. Si nuestra conjetura es correcta, América Central -Mesoamérica-, como punto focal desde el cual se expandieron los amerindios hacia el norte y hacia el sur en el Nuevo Mundo, sería, de hecho, el Reino Perdido de Caín."

Las leyendas de Centroamérica son los recuerdos de creencias y relatos que llevaron de Mesopotamia sus antepasados.


Tenochtitlán, significa «ciudad de Tenoch». Tenoch fue el nombre de un antepasado tribal de los aztecas, una legendaria figura paternal muy, muy antigua (¿Enoch?). Los aztecas se consideraban tenochas, descendientes de Tenoch.



Paralelismo de las leyendas americanas y las sumerias:

Las leyendas de los mexicas eran los recuerdos de creencias y relatos que heredaron  de sus antepasados de Mesopotamia Oriente en la antigüedad. En su mitología, el Creador de Todas las Cosas es un dios que vive en una gran casa en un lugar del cielo. Este dios tras crear el Cielo y la Tierra crea al hombre en un proceso de varios intentos fallidos: primero con barro, y en el último intento se creó una pareja humana a partir de cenizas y metales, que son los padres de toda la humanidad.

Si comparamos con los relatos sumerios ese Creador de todas las cosas es Anu, el Celeste, y su gran casa está en el planeta Nibiru. En los relatos sumerios, los creadores del hombre fueron una pareja, Ea /Enki y Ninti. Él, con un gran talante habilidoso, metalúrgico, referido como «Serpiente». Su compañera tenía grandes conocimientos de medicina. Ya sabemos que el símbolo de la medicina desde la antigüedad ha sido el de las dos serpientes entrelazadas. Incluso los sumerios les representan en un laboratorio con matraces e instrumental de este tipo.


En los relatos náhuatl, los creadores del hombre fueron una pareja, Quetzalcóatl y Mujer Serpiente. Él, es un dios del conocimiento, referido como «Serpiente Emplumada». Su compañera era una diosa de poderes mágicos. En el “códice mixteco” se representa una imagen que muestra al dios y a la diosa mezclando un elemento que fluye en un enorme matraz o cuba con la sangre de un dios que deja caer gotas dentro del matraz; de esa mezcla, emerge un hombre.






1 comentario:

  1. Fantastico, mi entera satisfacción hacia la conciencia, y la abolición de ficciones heredadas de generaciones en generaciones.

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