jueves, 23 de junio de 2016

21 Egipto 12.000 - 10.800 a.C

Cronológico 2- 21


21. MARDUK SUCEDE A ENKI EN EGIPTO 12.000 - 10.800 a.C

Enki/Ptah fue el soberano de Egipto según Manetón durante 9000 años desde el 21.000 hasta el 12.000 a.C
Le sucede durante 1000 años su hijo Marduk o sea Ra que tampoco significa nada en egipcio, pero parece que significaba brillante, en relación a cierto astro brillante ¿su planeta? Ra también era llamado Tem que en semita significa el puro, el completo.


Ra llegó a la tierra, según los egipcios en una Barca Celeste con una parte superior piramidal o cónica, que llamaban Ben-Ben "ave piramidal". Este ave piramidal fue conservado en un santuario en Heliópolis (la bíblica On, la ciudad sagrada de Anu).
Ra llegó desde el "Planeta de los Millones de Años" en su Ben-Ben. Durante siglos los egipcios peregrinaban al santuario para ver el ovni y otras reliquias relacionada con los viajes celestes de los dioses.
Los israelitas en su cautiverio en Egipto construyeron  (diez mil años más tarde) la ciudad llamada La Puerta de Tem (Ra), Pi-Tom consagrada a Ra.

Los sacerdotes de esa ciudad que luego se llamaría Heliopolis (On) anotaron las leyendas de estos dioses de Egipto y relataron como Ra llegó con nueve guardianes (cuatro parejas) entre ellos sus hijos Shu "sequedad" y Tefnut "humedad"

El reinado de Ra fue interrumpido por el diluvio y después delegó en sus descendientes aunque él estuviera detrás.

.....................................................................................................

 Enki desobedeciendo a Enlil da instrucciones al mesopotámico Noé para la construcción del barco insumergible. Tras la destrucción total por el diluvio Enlil acepta conceder semillas y medios a los supervivientes del arca. 

........................................................................................................

Ahora vayamos detalladamente:

Enlil en su proyecto fallido de eliminar a la humanidad a la asamblea de grandes anunnaki: 

«aún había una posibilidad para condenar a la Humanidad, Una inundación exterminadora está al caer».

 La catástrofe que se avecinaba debía mantenerse en secreto, a resguardo de los humanos. Pidio a los miembros de la Asamblea que se comprometieran a guardar el secreto y, lo que es más importante, que «el príncipe Enki se comprometa con un juramento». Enlil abrió la boca para hablar y se dirigió a la Asamblea de todos los dioses: 

«Vamos, todos, y prestemos juramento sobre la Inundación Exterminadora!»; Anu juró primero; Enlil juró; sus hijos juraron con él. 
Al principio, Enki se negó a prestar juramento. «¿Por qué me quieres comprometer con un juramento?», preguntó. «¿Acaso voy a levantar mis manos contra mis propios humanos?». Pero, al final, fue obligado a pronunciar el juramento. 
Uno de los textos dice, específicamente, «Anu, Enlil, Enki y Ninhursag, los dioses del Cielo y la Tierra, han prestado juramento». 

Enki juró que no revelaría a los humanos el secreto del Diluvio que se avecinaba; pero pensó como burlar ese juramento ¿acaso no podía contárselo a una pared?

Cuando los nefilim planearon huir del diluvio Nannar (Sin), el primogénito de Enlil en la Tierra, anunció un extraño deseo: esperar el Diluvio no en los cielos de la Tierra, sino en la Luna. Enki se sorprendió; Enlil, desconcertado, aceptó. Más tarde el símbolo de este nefilim sería una media luna, especialmente ...

Atra-Hasis

Enki buscó a Atra-Hasis (Utnapistim, Noé), el soberano de Shuruppak, para informarle de la inminente calamidad de forma clandestina.


Hizo que Atra-Hasis fuera a su templo, e hizo que se pusiera detrás de un biombo. 

Después, Enki fingió que hablaba con el biombo de junco, no con su devoto terrestre. 

«Presta atención a mis instrucciones.En todos los lugares habitados, sobre las ciudades, una tormenta asolará. Ésa será la destrucción de la simiente de la Humanidad…Éste es el último fallo, la palabra de la Asamblea de los dioses, la palabra dicha por Anu, Enlil y Ninhursag». 

El submarino de Noé

Enki continuó hablando a Noé: Un Diluvio está a punto de llegar; (la humanidad) tiene que salvarse construyendo un barco especial; ha de llevar con él y salvar «la simiente de todas las cosas vivas». 

Noé responde:
 «Yo nunca he construido un barco… hazme un plano en el suelo para que pueda verlo», y entonces Enki le dio las instrucciones precisas sobre las medidas que debía tener y sobre su construcción. 
Pero el «arca» no es un barco muy grande, con cubiertas y superestructuras. El término bíblico teba proviene de la raíz «hundido», por lo que Enki le dio instrucciones a Noé para que construyera un barco hundido, un submarino. El texto acadio dice que Enki hablaba de un barco «techado por encima y por debajo», herméticamente sellado con «brea dura». No tenían que haber cubiertas ni aberturas, «de modo que el sol no viera el interior». 
Tenía que ser un barco «como un barco del Apsu», un Sulili; y este es el término que se utiliza en la actualidad, en hebreo, Soleleth, para identificar un submarino. «Que el barco», dijo Enki, «sea un MA.GUR.GUR» —«un barco que pueda darse la vuelta y caer». 

Sólo un barco así podía haber sobrevivido a una avalancha de aguas tan arrolladora.


La decisión de advertir y salvar la semilla del Hombre es el desafiante acto de un dios (Ea/Enki), que actúa en secreto y en contra de la decisión conjunta de los otros Grandes Dioses. Utnapistim le hizo a Ea Enki la pregunta obvia: ¿Cómo iba él, Utnapistim, soberano de la ciudad, a explicar al resto de ciudadanos de Shuruppak la construcción de una embarcación tan extraña y el abandono de todas sus posesiones? 

Ea (Enki) le aconsejó, que, les dijera que como seguidor de Ea, Utnapistim no podía seguir viviendo en Mesopotamia, y que estaba construyendo un barco con el que pretendía bajar hasta África, con su dios.

He sabido que Enlil me es hostil, de manera que ya no puedo residir en vuestra ciudad, ni poner mis pies en territorio de Enlil. Por tanto, al Apsu bajaré, para morar con mi Señor Ea.

Debido a los intentos de exterminar a la humanidad había una gran hambruna y enfermedades. Los mesopotámicos vieron así una (falsa) explicación de su terrible situación y una solución: que Noé se fuera porque estaba maldito a los ojos de los anunnaki.  
Tras varios milenios de hambrunas, enfermedades, sequías provocadas por la manipulación de la naturaleza por los nefilim, siguiendo las órdenes de Enlil cuando Utnapistim fue a asegurar a los residentes de la ciudad que, si Enlil le veía partir, «la tierra se volverá a llenar de ricas cosechas» fue la excusa perfecta para los otros habitantes de la ciudad. 

Así engañada, la gente de la ciudad no hizo preguntas, sino que hasta llegó a echar una mano en la construcción del arca y gastar pródigamente sus escasos bienes.« Matando y sirviéndoles bueyes y ovejas todos los días», y prodigándose en «mosto, vino tinto, aceite y vino blanco», Utnapistim los animó a trabajar más rápido. Hasta los niños llevaban betunes para impermeabilizar la nave. 
Al séptimo día, el barco estaba terminado. La botadura fue muy dificultosa, de modo que tuvieron que mover los tablones  del suelo arriba y abajo, hasta dos tercios de la estructura tenía que entrar en el agua» del Eufrates. 

Después, Utnapistim subió a bordo a toda su familia y parientes, junto con «todo lo que yo tenía de todas las criaturas vivas», así como «los animales del campo, las bestias salvajes del campo». Utnapistim también subió a escondidas a todos los artesanos que le habían ayudado en la construcción del barco.

 La orden de embarque de Shamash 


Noé también tenía que subir a bordo, pero cuando se diera cierta señal: el despegue de las naves de los nefilim huyendo de la Tierra al espacio.
El «momento indicado» lo marcaría Shamash, el nefilim encargado de dar las orden a las naves espaciales. Shamash tenía a su cargo el espaciopuerto de Sippar. Enki dio instrucciones a Utnapistim para que vigilara la primera señal de lanzamientos espaciales en Sippar.

«¡Cuando Shamash, que da la orden del temblor al anochecer, haga caer una lluvia de erupciones, sube a bordo de tu barco y atranca la entrada!». 
Shuruppak, la ciudad donde vivía Utnapistim, estaba sólo a unos 180 kilómetros al sur de Sippar. Dado que los lanzamientos debían tener lugar al anochecer, no habría problemas para ver la «lluvia de erupciones» los lanzamientos de  las naves espaciales.

El momento llegó; las naves provocaron un «temblor al anochecer», hubo una lluvia de erupciones y Utnapistim «atrancó todo el barco» y «entregó la estructura junto con su contenido» a «Puzur-Amurri, el Barquero», un piloto nefilim.

El secreto que los nefilim juraron no revelar era una conspiración contra la Humanidad, consistente en reservarse la información que tenían respecto a la próxima avalancha de agua, de modo que, mientras los nefilim se salvaban, la Humanidad pereciera. Conscientes de la inminente calamidad y de su impacto global, los nefilim tomaron las medidas oportunas para ponerse a salvo. Estando la Tierra a punto de ser engullida por las aguas, no tenían más que una dirección de salida: hacia el cielo. Cuando la tormenta que precedió al Diluvio comenzó a rugir, los nefilim se subieron a su lanzadera y permanecieron en órbita terrestre hasta que las aguas comenzaron a descender.

Llegó la tormenta «con las primeras luces del alba». 
Hubo estremecedores truenos. 
Una nube negra se levantó desde el horizonte. 
La tormenta arrancó los postes de las construcciones y los muelles; después, los diques cedieron. 
A continuación, llegó la oscuridad, «convirtiendo en negrura todo lo que había sido luminoso»; y «la ancha tierra se hizo añicos como una olla».
Durante seis días y seis noches sopló la «tormenta del sur».
Ganando velocidad mientras soplaba,sumergiendo las montañas, sorprendiendo a la gente como en una batalla…

El fin de las tormentas

Cuando llegó el séptimo día, la tormenta-sur que llevaba la inundación amainó como en una batalla que había entablado un ejército.

El mar calló, la tempestad se sosegó, la inundación cesó.
Tantee el tiempo. Se había instalado la tranquilidad.
Y toda la Humanidad había vuelto al barro.

Enlil creyó que se había salido con la suya en sus intentos de acabar con la humanidad. 
Enki había conseguido salvar a un pequeño número. En las turbulentas aguas, había un submarino que llevaba hombres, mujeres, niños y otras criaturas vivas. 
Finalizada la tormenta, ascienden a la superficie, se asoman al exterior para ver sólo un mar inmenso. 
«Abrí una ventanilla; la luz cayó sobre mi rostro»Miró alrededor; «El paisaje era tan liso como un tejado plano». 
Y, agachándose, se sentó y sollozó, «las lágrimas corrían por mi cara»
Buscó una costa en la inmensidad del mar, pero no vio nada.

Emergió una región montañosa;
sobre el Monte Nisir (“ Salvación”) se detuvo el barco;
el Monte Nisir sujetó al barco con firmeza,
sin dejar que se moviera.

Atra-Hasis/Utnapistim llevó consigo un «Barquero» llamado Puzur-Amurri («occidental que conoce los secretos») «le cedió la estructura, junto con su contenido» en cuanto se desató la tormenta. ¿Para qué necesitaba a un experimentado navegante, a menos que fuera para llevar el arca hasta un destino concreto? Los nefilim utilizaban los picos de Ararat como puntos de referencia desde el principio. Siendo las cumbres más altas en esa parte del globo, esperarían que fuera lo primero en reaparecer sobre el manto de agua. Y, dado que Enki, podía suponer esto dio instrucciones a su sirviente para llevar el arca hacia el Ararat, planeando el encuentro desde un principio.

Durante seis días, Utnapistim estuvo vigilando desde el arca inmóvil, cautiva en los picos del Monte de la Salvación (el bíblico Ararat). Después, soltó una paloma para que buscara un lugar de descanso, pero volvió. Una golondrina también salió, y volvió. Después, soltó a un cuervo —y huyó, encontrando un lugar de descanso. Entonces, Utnapistim soltó a todas las aves y animales que estaban con él, y salió él también. 

El reencuentro de Noé con Enki

Construyó un altar «y ofrendó un sacrificio» a los nefilim.
Cuando Utnapistim ofreció el sacrificio, 
«los dioses aspiraron el perfume, 
los dioses aspiraron el dulce perfume. 
Los dioses acudieron como moscas hasta el que había hecho el sacrificio». 

Pero, cuando Enlil llegó finalmente al lugar de la escena, no pensaba demasiado en la comida. Estaba echando chispas de ver que alguien había sobrevivido. «¿Acaso alguna alma viviente ha escapado? ¡Ningún hombre tenía que sobrevivir a la destrucción!».
Ninurta, su hijo y heredero, apuntó inmediatamente su dedo acusador hacia Ea/Enki. «¿Quién, sino Ea, puede diseñar un plan así?. Sólo Ea sabe de qué va todo».
 Lejos de negar la acusación, Enki lanzó uno de los discursos de la defensa más elocuentes del mundo. 
No fui yo el que descubrió el secreto de los dioses»; simplemente dejé que un Hombre, uno, Atra-Hasis (en acadio), «extremadamente sabio», percibiera por su propio saber el secreto de los dioses. 
Y si, como parece, este terrestre es tan sabio, Enki le sugirió a Enlil, no vayamos a ignorar sus capacidades.
 «Así pues, ¡déjate aconsejar en cuanto a él!». Dejándose influir por el argumento de Enki, Enlil:

Acto seguido, Enlil subió a bordo del barco.
Me cogió de la mano y me llevó a bordo.
Llevó a mi mujer a bordo,
la hizo arrodillarse a mi lado.
Y él, de pie entre nosotros,
tocó nuestras frentes para bendecirnos:
«Hasta ahora, Utnapistim no has sido más que humano;
en lo sucesivo, Utnapistim y su esposa
serán para nosotros como dioses.
¡Utnapistim residirá en la Lejanía,
en la Boca de las Aguas!».

 Noé se separa de sus acompañantes

Después de ser llevado a vivir en las instalaciones del Sinaí, Anu y Enlil le dieron vida, como a un nefilim, lo elevaron a la vida longeva de los nefilim.

Pero ¿qué sucedió con los demás habitantes del submarino tras el diluvio? 
La versión del Diluvio de Beroso, según Abideno, dice: 
«Cronos le reveló a Sisithros que iba a haber un Diluvio …
...cuando Sisithros (que es atra-hasis al revés) iba a ser llevado por los dioses a su nueva morada en el Sinaí, explicó al resto de la gente del arca que se encontraban en ese momento «en Armenia» y que tenían que volver (a pie) a Babilonia.

Cronos es Enki, y Sisithros es Noé.

En esta versión, no sólo nos encontramos con la relación con Sippar, el espaciopuerto, sino también con la confirmación de que Sisithros recibió instrucciones para «navegar inmediatamente hasta Armenia» —al país del Ararat. 

Finalizado el diluvio, tras el encuentro de los nefilim con los tripulantes del submarino, los supervivientes humanos,  Enlil tomó la rápida decisión de hacer las paces con la Humanidad. 

Un factor que pudo pesar en la rápida decisión de hacer las paces con la Humanidad pudo ser la progresiva retirada de las aguas del Diluvio y la aparición de tierra seca y de vegetación sobre ella. Los nefilim, aunque previeron el diluvio, temieron que la Tierra quedara definitivamente inhabitable, como quizá ocurrió con Marte. Cuando aterrizaron en el Ararat, vieron que la Tierra seguía siendo habitable y, para vivir en ella, necesitarían al hombre.
Ya hemos visto que los nefilim supieron con antelación que se aproximaba una calamidad; pero aquello era tan singular en su experiencia que temieron que la Tierra quedara inhabitable para siempre. Cuando aterrizaron en el Ararat, vieron que este no era el caso. La Tierra seguía siendo habitable y, para vivir en ella, necesitarían al hombre.

Las versiones mesopotámicas de la historia del Diluvio también terminan con unos versículos que tratan de la procreación de la Humanidad. Los textos, en parte mutilados, hablan del establecimiento de «categorías» humanas:

… Que haya una tercera categoría entre los Humanos:
que haya entre los Humanos 
mujeres que den a luz y mujeres que no den a luz.

Parece ser que se establecieron nuevas directrices para la relación sexual:
Normas para la raza humana:Que el varón… a la joven doncella…Que la joven doncella…El hombre joven a la joven doncella…Cuando el lecho esté puesto,que la esposa y su marido yazgan juntos.

Enlil fue estratégicamente superado. La Humanidad se salvó y se le permitió procrear.
Tras la destrucción total por el diluvio Enlil acepta conceder semillas y medios a los supervivientes del arca. 

Fue tan terrible experiencia la que sufrió la Humanidad, que hizo que a Utnapistim se le llamará Respiro (Noah), porque supuso un respiro para la humanidad y una esperanza de que no se repitiera. Fue un acontecimiento de una magnitud sin precedentes que sacudió la Tierra, una catástrofe que ni el Hombre ni los nefilim habían experimentado nunca.

Aunque los seres humanos no podían leer las señales meteorológicas, los nefilim sí que podían. Para ellos, el Diluvio aunque era inevitable, detectaron su llegada, era un suceso previsible. El Diluvio fue una calamidad natural en la cual los nefilim no representaron un papel consciente, sino pasivo. Ellos no provocaron directamente el Diluvio aunque influyeron inconscientemente en él por provocar cambios climáticos drásticos durante milenios; ellos, simplemente, se confabularon para que los terrestres no se enteraran de su llegada.



El diluvio visto desde las naves  El llanto de los nefilim

El día del Diluvio, fue el día en que los dioses huyeron de la Tierra.

Cuando Shamash,que da la orden del temblor al anochecer,haga caer una lluvia de erupciones,¡sube a bordo del barco y atranca la entrada!

Shamash era el cargo superior en el espaciopuerto de Sippar. 

Aunque los nefilim estaban preparados para el Diluvio, su llegada fue una experiencia aterradora. 
«El ruido del Diluvio… hizo temblar a los dioses».
Pero, cuando llegó el momento de dejar la Tierra, los dioses, «dando la vuelta, ascendieron a los cielos de Anu»

La versión asiría de Atra-Hasis dice que los dioses utilizaron el rukub ilani («carro de los dioses») para escapar de la Tierra. «Los Anunnaki elevaron» sus naves espaciales, como antorchas, «iluminando la tierra con su resplandor».

En órbita alrededor de la Tierra, los nefilim vieron una escena de la destrucción que les afectó profundamente. Los textos del Gilgamesh nos cuentan que, cuando la tormenta creció en intensidad, no sólo «uno no podía ver a su compañero», sino que «tampoco se podía reconocer a la gente desde los cielos». Apiñados en su nave espacial, los dioses se, esforzaban por ver lo que estaba sucediendo en el planeta del cual acababan de despegar.

Los dioses se encogieron como perros,
se agacharon contra la pared exterior.
Ishtar gritó como una mujer de parto:«Los días de antaño se han convertido en barro»
Los dioses anunnaki lloraban con ella.
Los dioses, abatidos todos, se sentaron y lloraron;tenían los labios apretados… uno y todos.



Los nefilim ascendiendo en varias naves pudieron ver la destrucción de la humanidad. Pero la situación dentro de sus propias naves tampoco era muy estimulante. Parece ser que tuvieron que repartirse entre varias naves espaciales; la Tablilla III de la epopeya de Atra-Hasis describe las condiciones a bordo de la nave donde los anunnaki compartían alojamiento con la Diosa Madre Ninhursag.

Los Anunnaki, grandes dioses,
se fueron sentando sedientos, hambrientos…
Ninti lloró y dejó salir sus emociones;
lloraba y aliviaba sus sentimientos.
Los dioses lloraban con ella por la tierra.
Ella estaba abrumada por el dolor,tenía sed de cerveza.
Donde ella se había sentado, se sentaron los dioses llorando;amontonándose como ovejas en un abrevadero.
Tenían los labios febriles por la sed,
y sufrían retortijones a causa del hambre.

La misma Ninhursag, estaba conmocionada por tan completa devastación, y se lamentaba por lo que estaba viendo:

La Diosa vio y lloró…
tenía los labios cubiertos de calenturas…
«Mis criaturas se han convertido como en moscas,
llenan los ríos como libélulas, 
el retumbante mar se ha llevado su paternidad».


Tras el diluvio acabó la escasas condiciones para la vida en Marte, que quedaba mucho más cerca del duodécimo planeta con unos efectos gravitatorios más fuertes. Lahmu es Marte:

«¡Lahmu quedó devastado con el paso de Nibiru! - Así lo relató Marduk:- ¡Su atmósfera fue absorbida hacia el exterior, sus aguas se evaporaron, es un lugar de tormentas de polvo!
¡Por sí misma, la Luna no puede sostener vida, sólo se puede permanecer allí con máscaras de Águila!

Así dio cuenta Nannar a los demás, y después añadió:

¡Una vez allí, uno debe recordar que fue el líder del ejército de Tiamat, compañera de la Tierra es, el destino de la Tierra está conectado con ella! Enlil puso su brazo cariñosamente sobre los hombros de su hijo. ¡Estamos preocupados ahora con la supervivencia!»


La proximidad de Nibiru

El hecho de que el mismísimo emperador del 12º planeta, Anu, estuviera presente en las asambleas indica que este planeta estaba dentro del cinturón de asteroides, próximo a la Tierra, y claro, esta proximidad fue una causa (junto a las manipulaciones climáticas de la Tierra de los nefilim, según ordenes de Enlil) del diluvio.

Las órdenes de la autoridad nefilim eran claras: abandonad la Tierra, «ascended al Cielo».

Enlil y Ninurta, con la élite de los anunnaki de Nippur estaban en una nave espacial, planeando, encontrarse con Anu.

En una nave, Ninhursag y su grupo de anunnaki dudaban de las ordenes de Anu. Obligados a abandonar la Tierra, se habían dado cuenta, de pronto, del apego que habían llegado a sentir por el planeta y por sus habitantes. Ninhursag, la mujer con mayor rango, sufría por la humanidad 

«¿Debo ascender al Cielo,para residir en la Casa de las Ofrendas,donde Anu, el Señor, me ha ordenado ir?»
En otra nave, Ishtar gritaba: «Los días de antaño se han convertido en barro»; los anunnaki que estaban en su nave «lloraban con ella».

Enki, estaba también en otra nave o, de lo contrario, habría descubierto a los demás que se las había ingeniado para salvar la humanidad. Tenía motivos para sentirse menos pesimista, pues había planeado el encuentro en el Ararat, habiendo dado ordenes al «Barquero» llamado Puzur-Amurri («occidental que conoce los secretos») que guiara el submarino secreto hacia este destino. La versión del Diluvio de Beroso, también contiene la confirmación de que Sisithros recibió instrucciones para «navegar inmediatamente hasta Armenia» al país del Ararat.
........................................................................................

La menos natural de las glaciaciones

Recordemos que Enlil quería exterminar a los humanos.
Fueron decenas de milenios de plagas para el planeta Tierra, unas graves sequías precedieron al diluvio; fue la sentencia de Enlil para los humanos, y además ordenó que las catástrofes  ocurrieran mediante fenómenos naturales.

Estos fenómenos sólo podrían ser importantes cambios climáticos, cambios que podemos relacionar con las periódicas glaciaciones y épocas interglaciales que han dominado el pasado inmediato del planeta. La reducción de las precipitaciones, el descenso del nivel del agua en mares y lagos, y la desecación de las fuentes de agua subterránea eran las señales de identidad de una glaciación inminente. 
De modo que las glaciaciones y los periodos interglaciales fueron manipulaciones de la naturaleza de los nefilim obedeciendo a Enlil. Me estoy refiriendo a la glaciación del último cienmilenio (Wurm) que fue la más atroz, la peor de todas y que comenzó hace 80.000 o 75.000 años, después de un periodo cálido o templado de decenas de  miles de años.

Dado que el Diluvio, que terminó abruptamente con estos trastornos, vino seguido por la civilización sumeria y el actual período postglacial, la glaciación en cuestión sólo pudo ser la última. Los acontecimientos del Diluvio nos hablan del último período glacial de la Tierra y de su catastrófico final.

El último período glacial comenzó hacia el 73.000 a.C y experimentó un minicalentamiento hacia el 38.000 a.C. Hacia el 36.000 a.C., vino un período más duro, más frío y seco. Es el periodo de los siete pasos. Y después, hacia el 11.000 a.C, el período glacial terminó abruptamente, dando entrada a nuestro actual clima suave.

Ubar-Tutu (Lamek), reinó desde el 75.000 a.C hasta el 47.000 a.C. y Ziusundra/Utnapistim (Noe), su hijo, desde este año a 11.000 a.C., es decir, hasta el diluvio.

El deshielo antártico

El Diluvio fue el resultado de la fusión en las aguas del Antártico de miles de millones de toneladas de hielo, trayendo con ello el fin repentino de la última glaciación. El súbito acontecimiento desencadenó una inmensa marea. Comenzando con las aguas del Antártico, se extendió hacia el norte por los océanos Atlántico, Pacífico e índico. El abrupto cambio de temperatura debió crear unas violentas tormentas acompañadas por torrentes de lluvia. Moviéndose más rápido que las aguas, las tormentas, las nubes y el oscurecimiento de los cielos debieron anunciar la avalancha de agua que se aproximaba.

"Con el fulgor de la aurora una nube negra se elevó en el horizonte;
en su interior, el dios de las tormentas tronaba.
Todo lo que había sido luminosose tornó oscuridad.
Durante un día sopló la tormenta del sur,ganando velocidad mientras soplaba, sumergiendo las montañas…
Seis días y seis noches sopló el viento mientras la Tormenta del Sur barría la tierra.
Cuando llegó el séptimo día,el Diluvio de la Tormenta del Sur amainó."

Las referencias a la «tormenta del sur», al «viento del sur», indican con claridad la dirección desde la cual llegó el Diluvio, sus nubes y vientos, los «heraldos de la tormenta», moviéndose «sobre colinas y llanuras» hasta alcanzar Mesopotamia. 

Ciertamente, una tormenta y una avalancha de agua originadas en el Antártico alcanzarían Mesopotamia a través del Océano índico después de engullir las colinas de Arabia, inundando más tarde la llanura del Tigris y el Eufrates.

 En el diluvio biblico se dice que saltaron «las fuentes del Gran Abismo» antes de que se abrieran «las compuertas del cielo». 
El Gran Abismo es el extremo sur, la Antártida y sus mares.
Primero, los mares más meridionales, los mares helados del Antártico se fundieron en agua líquida (saltaron las fuentes); y después comenzaron las lluvias a caer del cielo (se abrieron las compuertas del cielo).

Esta manera de entender el Diluvio se repite, al revés, cuando el Diluvio amaina. En primer lugar, las «Fuentes del Abismo se cerraron»; después, la lluvia «fue arrestada de los cielos».
Tras la primera y gigantesca marea, las aguas aún «iban y venían» en inmensas olas. Después, las aguas comenzaron a «retroceder», y «fueron menos» después de 150 días, cuando el arca se posó entre los picos del Ararat. La avalancha de agua, viniendo desde los mares del sur, volvió a los mares del sur.

Las causas del diluvio

¿Cómo pudieron predecir los nefilim cuándo se iba a desencadenar el Diluvio en la Antártida? ¿Cuáles fueron las causas del diluvio? 

1ª El acercamiento excesivo de Nibiru (La atracción gravitatoria entre Nibiru y nuestro planeta).
2ª La inestabilidad de los hielos de la Antártida.

Los textos mesopotámicos relacionan el diluvio con los pasos del duodécimo planeta por las proximidades de La Tierra, es decir, con el tránsito periódico del Duodécimo Planeta al llegar a su perihelio. Por efectos gravitatorios incluso la pequeña Luna ejerce una cierta atracción para provocar mareas, cuanto más el 12º planeta gigante con sus satelites.

Los nefilim, al observar los cambios climáticos y la inestabilidad de la capa de hielo antártica, se dieron cuenta de que, con el siguiente tránsito «paso» del Duodécimo Planeta, se desencadenaría la inevitable catástrofe.

En una tablilla de arcilla de Assur se habla del paso del planeta por el lugar de la batalla con Tiamat (la Tierra) ¡un tránsito que provoca el Diluvio!

Tanto los textos mesopotámicos como los bíblicos describían de qué forma se sacudía la Tierra cada vez que el Señor Celestial (el 12º planeta) pasaba por sus inmediaciones. 

Sin embargo, no sabemos que haya habido otra gran catástrofe en los 120 sars anteriores. ¿Qué ocurrió de especial para que en el año 10.900 a.C. nuestro planeta estuviera en tan trágicas circunstancias? 
Parece que Marte sufrió también gravemente. Así que quizá deberíamos buscar pistas en el camino seguido por el astro Nibiru a lo largo del sistema solar. Quizá Nibiru haya dejado algún otro planeta o satélite lastimado. 

El sistema solar está formado por un núcleo planetario muy pequeño, de unos 7000 millones de kilómetros, y  una segunda zona exterior a ese núcleo mucho más grande, de unos diez o veinte billones de km (billones españoles, no ingleses que son mil veces más pequeños) que contiene cometas y cuerpos diversos. Dentro del pequeño núcleo planetario hay una serie de planetas y sus satélites bastante próximos entre sí, situados entre la estrella Sol y un límite arbitrario que podemos fijar en Plutón. 

Urano es un planeta que está en la parte menos interna de ese núcleo planetario, a tan solo unos 3000 millones de kilómetros del Sol.
Urano tiene un eje de inclinación de 97´7º, es decir su eje norte-sur de rotación sobre si mismo es casi perpendicular al plano que define su órbita alrededor del Sol.

Urano y Neptuno no están actualmente en las posiciones orbitales de su formación sino que han ido derivando en sentido contrario al Sol en un movimiento lento buscando una estabilidad. 

Nibiru en sus anteriores entradas en el núcleo del sistema solar se encontraba con estos planetas en unas posiciones que le permitían el paso sin problemas pero su lenta deriva colocó estas bolas de billar en la posición correcta para la colisión. 
En la cuarta anterior entrada (contando hacia atras en el tiempo desde hoy) en el núcleo del sistema solar Nibiru no tenía el paso expedito sino que llegó a interactuar gravitacionalmente con estos astros.

Este choque, quizá literalmente, quizá no hubo contacto material, pero en todo caso tuvo que haber una muy fuerte interacción entre los satélites que acompañan a Nibiru, pues bien, este choque volcó a Urano de costado pasando a girar como ahora lo hace, y provocando la enorme cicatriz que se puede ver en el planeta.  El giro retrógrado, en sentido contrario al giro estandar de los astros del sistema solar está relacionado con los choques con Nibiru.

Miranda, uno de los seis satélites de Nibiru entró en el campo gravitatorio de Urano. Se produjeron terribles interacciones muy violentas y finalmente Nibiru consiguió continuar su camino hacia el interior del sistema solar pero Miranda había sido atrapada por Urano. 
Ahora es un satélite de Urano, el más pequeño y con una piel destrozada por estrías de diez kilómetros de profundidad y muy abundantes fruto de la tremenda colisión.
(Nibiru perdió así su sexto satélite, desde entonces la estrella de David, Nibiru sólo tiene cinco vértices o sea satélites).

Aquella interacción supuso además un empujón a Nibiru, que pasó a orbitar más rápido. Su año Shar pasó desde entonces de 3600 años terrestres a 3450:
10.900 a,C --- 7450 a.C --- 4000 --- 550 a.C --- 2900 d.C

Nibiru se encontraba tras la colisión con más velocidad, más fuerza y esto modificó la órbita introduciéndola un poco más en el sistema solar. Se acercó un poco más a Marte. 

Esta proximidad aumentó la interacción gravitatoria entre Nibiru y La Tierra, y este hecho junto al fenómeno de los hielos de la Antartida provocaron el diluvio. Por otro lado su aumento de la excentricidad de la órbita tuvo que llevar a Nibiru todavia más lejos en su afelio en la parte externa del sistema solar. 

El diluvio a las puertas

"Su arma es el Diluvio;
Dios cuya Arma trae la muerte a los malvados.Supremo, Supremo, Ungido…
Quien, como el Sol, cruza las tierras;
el Sol, su dios, él teme."

Tanto el planeta Nibiru («Dios cuya...»), como el Sol cruzan el cielo terrestre (Quien, como el Sol, cruza las tierras). Esto significa que orbita al Sol, porque dice que el Sol es su dios, él teme. 
También nos dice que el diluvio estuvo provocado por Nibiru porque dice que el diluvio es un arma suya para matar a los malvados.

 Sabemos que nuestro planeta procede de Tiamat (la Ocupadora), un  planeta situado entre Marte y Júpiter que fue partido en dos por Nibiru. El texto describe que el afelio de Nibiru se colocó en el cinturón de los asteroides porque dice que Nibiru reposaba dentro del lugar de la batalla de Tiamat. 

"Primer Nombre:…(ilegible)
el que repujó la banda circular;
el que partió en dos a la Ocupadora, echándola.
Señor, que en el tiempo de Akiti
dentro del lugar de la batalla de Tiamat reposa…
Cuya simiente son los hijos de Babilonia;
que no puede ser perturbado por el planeta Júpiter;que por su fulgor creará.
También nos dice que Jupiter pese a su tamaño no perturba a Nibiru. Nibiru con sus satélites debe ser grande.

Al acercarse, al Duodécimo Planeta se le llama «líder poderoso de los jubilosos planetas*». Se encuentra ahora muy cerca de Marte (Lahmu) porque Marte se viste con el brillo de Nibiru (aquí lo llama dios Anu por su soberano), es decir Marte refleja la luz del astro igual que la luna  refleja la luz del Sol.

«Con el brillo del dios [el duodécimo planeta] Anu
el dios [el planeta Marte] Lahmu se viste».
Entonces, soltó el Diluvio sobre la Tierra:
Éste es el nombre del Señor (* )
que desde el segundo mes hasta el mes de Addar
las aguas ha espoleado.

Calendario del año del diluvio

El calendario del año del diluvio ( y del siguiente) se puede establecer de la siguiente manera:

El Duodécimo Planeta pasó por Júpiter y se acercó a la Tierra «en el tiempo de Akiti», es decir cuando comenzaba el año nuevo mesopotámico (finales de marzo). 
Durante el segundo mes estuvo muy cerca de Marte. 
Después, «desde el segundo mes hasta el mes de Addar» (el duodécimo mes), soltó el diluvio sobre la Tierra.

El relato bíblico dice que «las fuentes del gran abismo saltaron» en el decimoséptimo día del segundo mes. (Hacia el 8 de mayo).
El arca descansó en el Ararat en el séptimo mes (octubre-noviembre); otra tierra seca era visible en el décimo mes (enero-febrero); y el Diluvio terminó en el duodécimo mes(marzo-abril).

En «el primer día del primer mes» del siguiente año (hacia 22 marzo) Noé abrió la ventanilla del arca. 

Al pasar a la segunda fase del Diluvio, cuando las aguas comenzaron a descender, 

"Héroe, Señor Vigilante,
que reúnes las aguas;
que manando aguas
purificas al justo y al malvado;
que en la montaña de los picos gemelos
detuviste el…
… pez, río, río; la inundación se detuvo.
En la tierra montañosa, sobre un árbol, el ave descansó.
Día que… dijo."

El Duodécimo Planeta había pasado su «cruce». Se había acercado a la Tierra y se alejaba, acompañado por sus satélites:

"Cuando el sabio grite: «¡Inundación!»,
es el dios Nibiru;
es el Héroe, el planeta de cuatro cabezas.
El dios, cuya arma es la Tormenta de la Inundación, volverá;
a su lugar de descanso bajará él mismo."

¿cuatro cabezas?

En el sexto mes del año, el mes de Ululu (Octubre), el duodécimo planeta, se alejó, y volvió a cruzar el "sendero de Saturno" camino de su "lugar de descanso".

El diluvio en el Ant. Testamento

El Salmo 29 describe la «visita» así como el «retorno» de las «grandes aguas» por el Señor:

Al Señor, vosotros hijos de los dioses,
dad la gloria, reconoced el poder…
El sonido del Señor está sobre las aguas;
el Dios de gloria, el Señor,
tronó sobre las grandes aguas…
El sonido del Señor es poderoso,
el sonido del Señor es majestuoso;
el sonido del Señor partió los cedros…
Hace bailar como un novillo al [Monte del] Líbano,
y hace brincar al [Monte] Sirión como un toro joven.
El sonido del Señor enciende llamaradas;
el sonido del Señor sacudió el desierto…
El Señor al Diluvio [dijo]: «¡Vuelve!».
El Señor, como rey, está en el trono para siempre.

El Salmo 77 recuerda la gran civilización prediluviana y su total desaparición posterior hasta incluso de las huellas del Señor de los nefilim:

"He calculado los Días de Antaño,
los años de Olam…
Recordaré las gestas del Señor,
recuerdo tus maravillas en la antigüedad…
Tu curso, Oh Señor, está determinado;
ningún dios es tan grande como el Señor…
Las aguas te vieron, Oh Señor, y se estremecieron;
tus raudas chispas salieron.
El sonido de tu trueno retumbaba;
los relámpagos iluminaron el mundo;
la Tierra se agitaba y temblaba.
[Entonces] en las aguas iba tu camino,
tus senderos en las aguas profundas;
y tus huellas desaparecieron, desconocidas."

El Salmo 104 recuerda como los océanos arrasaron los continentes y su posterior retroceso:

"Fijaste la Tierra en constancia,
inconmovible para siempre jamás.
Con los océanos, como vestido, la cubriste;
sobre los montes persistía el agua.
Al reprenderlas tú, las aguas huyeron;
con el sonido de tu trueno, se alejaron raudas.
Saltaron las montañas, bajaron a los valles
hasta el lugar que tú les habías asignado.
Les pusiste un límite, para que no lo pasaran;
para que no vuelvan a cubrir la Tierra.
Las palabras del profeta Amós son aún más explícitas:
Ay de los que ansían el Día del Señor;
¿qué creéis que es?
Pues el Día del Señor es oscuridad y no luz…
La mañana se convirtió en la sombra de la muerte,
el día se hizo oscuro como la noche;
las aguas del mar se salieron
y se derramaron sobre la faz de la Tierra."

Éstos, en la biblia, fueron los acontecimientos que tuvieron lugar «en los días de antaño»y el «Día del Señor» fue el día del Diluvio. Esto nos indica quién es el señor de la biblia.

La fecha del diluvio (hacia 10.858 a.C.)


Después de aterrizar en la Tierra, los nefilim asociaron los primeros reinados en las primeras ciudades con los signos del Zodiaco, asociando cada signo con el nefilim con el que estaba relacionado.
El Diluvio, ocurrió en la 



«Era de la constelación del León»:

Supremo, Supremo, Ungido;

Señor cuya corona radiante con terror se carga.

Planeta supremo: un asiento él ha erigido

de cara a la limitada órbita del rojo planeta.

A diario, dentro del León él está ardiendo;

su luz, su brillo declara reinos sobre las tierras.



En un versículo de los rituales de Año Nuevo, que dice que fue «la constelación del León la que midió las aguas del abismo». Esto sitúa el Diluvio dentro de un estrecho periodo. El Diluvio acaeció al inicio de la Era de Leo o, lo que es lo mismo, en algún momento entre el 10860 a. C. y el 8700 a. C.



La cronología mexica-náhuatl, nos indica que sus eras (llamados soles) empezaron en 14.858 a. C. fechando el diluvio al final del Primer Sol, hacia el 10.858 a. C. nos vienen a sugerir por tanto una fecha hacia el 11.000 a.C.

El héroe del Diluvio recibe los nombres mesopotámicos de Ziusudra, en sumerio, Utnapistim en acadio, y el bíblico Noe. Después del Diluvio, fue llevado a la Morada Celeste de los Dioses (a la península de Sinaí) a vivir allí felizmente durante muchos milenios. 


Mucho más tarde en su búsqueda de la longevidad de los annunakis, tras muchas dificultades Gilgamesh encontró a Utnapistim, en el Sinaí y le pidió consejo. Utnapistim le relató además la historia del diluvio.



Tras el diluvio



Las fuentes prediluvianas de oro en África quedaron inutilizables prácticamente a causa del diluvio, por lo que los annunakis buscaron por el planeta la ubicación de otras fuentes de oro.

Los encontraron en unos inmensos filones a lo largo de los Andes desde Colombia hasta Chile. La gran avalancha de agua del diluvio sacó los metales oro, plata y cobre y minerales que estaban incrustados en las rocas de las montañas, los expuso al exterior, los lavó dejándolos por las laderas y los lechos fluviales. Muchos ríos fueron arrastrándolos por sus cuencas incluido Brasil hasta el océano Atlántico. En estos filones andinos se encuentran además valiosos minerales muy importantes para la fundición y el refinado, para la metalurgia.

Algunos de los filones más ricos en oro se encuentran al este y al norte del lago Titicaca. Allí también se encuentran unos filones de estaño en su mineral casiterita.



En los lechos fluviales se había depositado el oro pero mezclado con lodo y grava. Sería necesario separarlo. El oro de las montañas era puro pero sería necesario utilizar herramientas para picar en las paredes montañosas. Se hicieron los proyectos de extracción llevando un cuarto de los supervivientes a la casa de Anu en el lago Titicaca. Años más tarde se iniciaron los trabajos de extracción.


En Sudamérica occidental (15.000 – 11977 a.C), la era del primer sol  términó con el diluvio. 

Tras el diluvio, que elevó las aguas por encima de las montañas más altas, en que murieron casi todos los hombres, salvo unos pocos que se refugiaron en una “caja”. Nene, y su mujer Tata sobrevivieron en su tronco vaciado. Luego las aguas descendieron y el viento llevó la caja hasta una montaña, lugar que llaman Huanaco. Parte de los descendientes de aquellos supervivientes fueron llevados por Viracocha hasta otro lugar que llaman Tiahuanacu.

El lago Titicaca está formado por dos masas de agua unidas en el sur por un estrecho que une la porción norte muy grande con una especie de laguna sur. Las aguas del norte son ventosas y en cambio las de la laguna sur son tranquilas. En esta laguna están las dos islas de las leyendas: la isla del Sol y la isla de la Luna.

La leyenda dice que cuando apareció el sol tras el diluvio los rayos de sol iluminaron una de las dos islas que hay frente de la península de Copacabana, la isla de Titicaca, la roca sagrada, la isla del sol. Allí fue donde  Viracocha dio la varita de oro a Manco Capac.

No hay comentarios:

Publicar un comentario